Agro y Ganadería

En tiempos de pandemia los productos lácteos cobran especial importancia por sus aportes a las defensas del organismo y a la salud

Por Redacción / 1 de junio de 2020
En el Día Mundial de la Leche y el Día Nacional de Productor Lechero debemos destacar los efectos positivos de la leche sobre el sistema inmune y la reducción del riesgo de desarrollar enfermedades.
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Hoy 1 de junio se celebra el Día Mundial de la Leche y el Día Nacional de Productor Lechero, celebración establecida por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), con el propósito de incentivar el consumo de productos lácteos en todo el mundo, y este año cobra especial relevancia ya que nuestros estilos de vida han cambiado debido a la llegada del virus SARS-CoV2 y la pandemia COVID-19 que se encuentra en desarrollo en el mundo entero. 

Muchas de las cosas que hacíamos regularmente tuvieron que ser adaptadas a la vida en cuarentena y confinamiento, lo que podría traer consecuencias negativas a nuestra salud tanto física como mental. Si bien es cierto las medidas de higiene y distanciamiento social son las más eficaces para prevenir el contagio, es importante mantener sano y fuerte nuestro organismo, especialmente nuestro sistema inmune, lo que se puede lograr a través de una alimentación equilibrada.

En este sentido, debiésemos optar por dietas basadas en alimentos que no solo cubran nuestras necesidades energéticas y proteicas diarias, sino que además nos permitan consumir compuestos con beneficios extras a nuestra salud. En este escenario, destacan los alimentos lácteos los cuales han sido base de alimentaciones sanas y equilibradas para la población. A continuación, destacaremos algunos aspectos que son relevantes para tener en cuenta a la hora de realizar nuestra próxima compra de alimentos; considerando entre los principales el consumo de productos lácteos.

La leche de vaca es uno de los alimentos más completos y natural, aun cuando siempre se resalta su aporte en calcio que es indispensable a lo largo de toda nuestra vida, es bueno recordar que su composición en promedio es de 87% de agua, 4,2% de hidratos de carbono siendo principalmente la lactosa, 3,5%proteínas, 4% de grasa, 0,8% minerales. Por otro lado, destacan micronutrientes tales como magnesio, selenio, yodo; y la presencia de vitaminas  tales como riboflavina, vitamina A, folato y vitamina D.

Efectos sobre el sistema inmune 

Los lácteos contienen compuestos que presentan beneficios a nuestro sistema inmune, donde destacan péptidos biológicamente activos , presencia de microorganismos probióticos y vitaminas A, B, D.

Las proteínas de la leche tienen diversas actividades biológicas, algunas presentan actividad antioxidante y antiinflamatoria e inmunoprotector incluso. Además, existe formación de péptidos bioactivos en el proceso de digestión, generado por la acción de enzimas, flora intestinal o por la acción de bacterias. Por ejemplo, las bacterias ácido lácticas presente en quesos, generan compuestos como las bacteriocinas que ejercen efectos positivos sobre nuestro sistema inmunológico.

Por otro lado, las leches fermentadas y algunos yogurts contienen microorganismos probióticos, por lo que se recomienda consumirlos diariamente ya que se ha comprobado que aumentan las defensas del organismo, tanto en niños como en los adultos. El modo de acción de estos probióticos presentes en los lácteos, es por medio de la producción de compuestos con capacidad antimicrobiana, competitividad por nutrientes y adhesión a receptores intestinales, generando la estimulación del sistema inmune. 

Las vitaminas presenten en la leche, principalmente del Grupo B como la Cobalamina, folato y Riboflavina son fundamentales para la producción de anticuerpos. Además, la Vitamina A es componente fundamental en las mucosas las cuales ejercen protección del cuerpo frente al ingreso de infecciones. 

Otros de los efectos generados por los tiempos de cuarentena y confinamiento, es la disminución de horas con el estímulo de la luz solar, lo que podría llevar a una alteración en la síntesis de la vitamina D. Lo cual podría ser suplementado con el consumo de productos lácteos y así mantener los niveles de esta vitamina esencial para el sistema inmune.

Efectos sobre enfermedades crónicas

A nivel mundial, los datos sobre la población vulnerable a sufrir casos más graves por COVID-19 se han relacionado a personas que presentan algún tipo de enfermedad crónica no transmisible de base, que agrava sus pronósticos y evitan la recuperación en estos pacientes. Por lo que el aporte de los lácteos en la nutrición y prevención de estas enfermedades crónicas, se podría ver favorecido por el consumo regular de estos productos. 

En este sentido los compuestos bioactivos presentes en los lácteos producen efectos benéficos sobre la salud, especialmente los ácidos grasos como el CLA (ácido linoleico conjugado) que puede tener efectos positivos sobre enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, artritis reumatoide, asma, enfermedades degenerativas asociadas a la edad, y en ocasiones, la reducción del riesgo de desarrollar algunos tipos de cáncer, entre otras.

En términos de salud mental

Algunos especialistas han apuntado que una de las consecuencias más grandes de generar cambios en los estilos de vida de la población son las dificultades para conciliar el sueño, el estrés y la depresión. En este sentido los lácteos también tienen algo que aportar en la mitigación o prevención  de estos trastornos. Los lácteos son ricos en triptófano que actúa como un antidepresivo natural, ya que este aminoácido esencial es precursor de serotonina, también conocida como la “hormona de la felicidad”; neurotransmisor importante,que su ausencia o bajos niveles provoca ansiedad, angustia, tristeza y depresión. Por el contrario, su presencia se relaciona con bienestar, relajación y mayor concentración.

Tabla 1: Principales componentes de la leche, junto con el aporte en la nutrición y salud generado por su consumo.

El triptófano también está relacionado con la producción de melatonina, sustancia que ejerce un papel protagonista en la regulación del ciclo de sueño-vigilia o ciclo circadiano. Su carencia conlleva la aparición de insomnio; y por ende de ahí viene la creencia popular que un vaso de leche en la noche nos ayuda a conciliar de mejor manera el sueño.

Hay que destacar la versatilidad de la leche y sus derivados lácteos que pueden ser consumidos en diferentes formatos, ya sea de forma líquida como leches o leches fermentadas; como también de forma sólida en quesos o semi sólido como el yogurt y los postres lácteos; lo cual facilita mucho su consumo siendo recomendable ingerir tres porciones al día para mantener nuestro organismo con una buena nutrición y aprovechar los beneficios de su consumo. Incluso existe una serie de productos que han sido diseñados para abarcar a la mayor población posible, incluyendo quienes presenten intolerancia a la lactosa para que puedan consumirlos sin problemas y aprovechar su gran cantidad de propiedades.

Finalmente, dada su versatilidad, nos permiten hacer muchas preparaciones diferentes lo que lleva a un momento de esparcimiento en familia durante su preparación y pasar un buen rato en la cocina mejorando nuestra calidad de vida.

Autor: Dr. Nicolás Pizarro Aránguiz, investigador en inocuidad alimentaria, Área Nacional Alimentos del Futuro, INIA Remehue.

 

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