Aún sorprendido y asimilando todo lo que ocurrió durante el fin de semana se encuentra el osornino Víctor Sánchez, quien en compañía de su amigo ranquino Felipe Duhalde, organizó un raid enduro extremo en la cordillera de Lago Ranco, que terminó con presencia de diferentes unidades de rescate, luego que la mitad de los participantes no llegó hasta la zona segura a la hora acordada.
Sánchez habló en exclusiva con Diario Lago Ranco para contar su versión de lo que ocurrió este sábado en la competencia que reunió alrededor de 250 motoqueros de distintas regiones en el parque Hueimén.
Lejos de negar que 100 corredores quedaron aislados durante algunas horas, confirmó que muchos se quedaron atascados por un atochamiento que se produjo en la ruta mientras se realizaba el descenso. Sin embargo, aclaró que estancarse en el barro e intentar, muchas veces durante horas, salir a como dé lugar, es parte del raid. “La gente que entiende este deporte sabe que quedar enterrado en el barro es parte del raid, a los que amamos esto nos encanta jugar en el barro, cuando ya no se puede hacer nada, muchas veces hay que dejar la moto tirada y volver luego por ellas”, dijo inicialmente.
PREOCUPACIÓN
Así también, manifestó que le sorprende la reacción que se generó a partir de comentarios en redes sociales sin saber cómo realmente ocurrió todo, y qué fue lo que efectivamente ocurrió. Aunque dijo entender la preocupación de las familias, ya que no todos entienden este deporte.
En su relato, Sánchez indicó que alrededor de 250 concursantes, debidamente inscritos en la recepción del evento, salieron pasadas las 10:30 horas en dirección al parque, para recorrer alrededor de 50 kilómetros de una ruta con diferentes niveles de dificultad. Aseguró que existía un registro de cada uno de los participantes, un centro de abastecimiento y también la debida señalización de toda la ruta, con cintas de colores que indicaban el camino.
“Acá se hablaron muchas cosas que no son, que no había un registro, que no había demarcaciones y eso no es así, algunos medios se dedicaron a copiar y pegar lo que encontraban circulando en redes sociales y ayudaron a crear esta histeria de la que recién me vine a enterar en la madrugada cuando bajé con mi grupo. Al llegar me encontré con el GOPE, Bomberos, Carabineros y no entendía mucho qué estaba pasando”, dijo.
“NADIE QUIERE DEJAR SU MOTO”
Según relató, el descenso estaba programado para las 19:00 horas a más tardar para disfrutar de una cena de camaradería, pero muchos participantes se quedaron arriba y prefirieron tratar de desenterrar sus motos en vez de bajar caminando hasta el abastecimiento. “Esto no es algo inusual en un raid, nadie quiere dejar su moto tirada y todos quieren terminar el desafío, muchos querían continuar y retirarse con sus motos y así fueron pasando las horas. Les dije en algunas ocasiones que nos fuéramos y volviéramos luego por las motos, pero cuando uno cree que puede lograrlo, lo sigue intentando y yo también haría lo mismo”, dijo.
Eran alrededor de las 4 de la madrugada del domingo cuando Víctor llegó hasta la zona segura y se enteró que había algunas personas desaparecidas. Corroborando el listado de participantes comenzó a descartar llamando por teléfono y llegaron a la conclusión que sólo había una persona que aún no aparecía”. “Tuvimos que ir a declarar a Carabineros primero, antes de que nos dejen subir y cuando pudimos regresar al parque, Felipe y los rescatistas de Osorno partieron a buscarlo y lo encontraron en la mañana, a no más de 5 kilómetros de donde estaban las unidades de rescate.
Víctor lamenta lo que se generó con este evento, pero de igual manera dijo que había meditado mucho todo lo que ocurrió, porque, aunque cada participante sabe a lo que se expone en un raid que siempre se dijo sería “extremo”, le servirá para tomar otras medidas, como por ejemplo establecer horarios obligatorios para el descenso y mayor control en todas las rutas.
Añadió que desde el domingo se esta trabajando en la extracción de motos enterradas y con desperfectos mecánicos.
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