Hace solo unos meses, Chile entero siguió la ceremonia de los premios Oscar gracias a que la cinta “El Agente Topo” fue nominada como mejor documental. La historia trata sobre un hombre de avanzada edad, el cual, contratado por un familiar, debe ingresar a un hogar de ancianos para investigar en qué condiciones están.
Este largometraje denunciaba el olvido en el que muchas veces tenemos a nuestros mayores, dejándonos entrever la cruda realidad en la que viven cientos y miles de personas de la tercera edad en nuestro país.
Desgraciadamente, el darle visibilidad a un problema no lo erradica necesariamente. Un recordatorio de esto, fue una publicación hecha en redes sociales hace unos días, en la que se denunciaba –por medio de un testimonio y fotografías— la precaria, e incluso degradante, situación en que se halla un adulto mayor en la ribera sur del lago Calfaquén, comuna de Panguipulli. Esta es su historia.
UN NUEVO VECINO
Todo comenzó cuando Eduardo Javier Salvo le compró una parcela, parte de un extenso terreno, al ex jefe de su mujer, al borde del lago Calafquén, comuna de Panguipulli.
El dueño del terreno había gozado toda su vida de una situación económica bastante holgada, siendo hijo del dueño de una distribuidora de confites y, posteriormente, gerente de ventas de una conocida empresa constructora de la zona sur.
Tras compararle la parcela, Eduardo Salvo trataba de pasarlo a visitar de tiempo en tiempo, aunque sin nunca tener la oportunidad de ver la casa. “No podía llegar donde él, porque la hija me decía que él no me quería ver”, comienzan narrando.
“Pero un día fui, sin avisa ni nada, llegué a la casa y lo encontré viviendo en unas condiciones realmente desastrosas y llamé a Carabineros”, dice apuntando que la fecha de este suceso fue el 21 de noviembre del año 2020.
Desde entonces, Eduardo ha seguido yendo regularmente a ver al adulto mayor, quien se encontraba en las mismas condiciones, sin suministro de agua y sin suficiente comida.
“Yo le llevaba pan, bebida o agua, porque él no tenía absolutamente nada. Cuando le daban comida, se la dejaban en las barandas de la casa, como darle comida a un animal. En esas condiciones lo tenía su hija”, testimonia.
Quienes, aparentemente, estaban al cuidado del anciano eran su hija y su nieta, quienes, a juzgar por Eduardo Salvo, no se hacían responsables como para ayudarlo o sacarlo de ahí.
DENUNCIA A TRAVÉS DE REDES SOCIALES
Tras meses de buscar ayuda en servicios orientados a cuidar de adultos mayores como Senama Valdivia y cinco denuncias en Carabineros, Eduardo tomó cartas en el asunto hace unos días, posteando en redes sociales, con la ayuda de su nuera, una publicación en la que denunciaban las condiciones de abandono en las que se encuentra este hombre de tercera edad.
“Cualquier persona que ve a un ser humano en estas condiciones tiene el deber de denunciarlo”, señala Eduardo.
“Ahora creo que se abrió una entidad en Panguipulli que se hizo cargo. Me recomendaron una sección de Carabineros que se especializa en este tema y fueron de inmediato y desde ese momento se empezó a agilizar este caso, lo que me alegra”, agrega.
Salvo dice contar con registros fotográficos de las verdaderas condiciones en que se encontraba el adulto mayor, con Carabineros al interior del inmueble, que desmienten fotos posteriores que señalan que está en perfectas condiciones.
“Ahora yo espero que, con todo esto, se agilice la ayuda porque no creo que este caballero dure mucho tiempo, y me gustaría que pasara sus últimos días en condiciones humanas, porque él no se merece estar viviendo así. Esto me emociona mucho porque lo conozco personalmente y sé que es una excelente persona y él siempre me ha manifestado que lo saque de ahí. Él tiene miedo a su nieta e hija. La última vez que fui él me manifestó que su nieta lo había golpeado con puños y patadas. Además, se lesionó una pierna porque el piso está podrido, pasa frío, que andan ratones, que se gotea por todos lados, el colchón estaba mojado… en fin, realmente es deprimente como vive y espero que hagan algo lo más pronto posible”, concluye Eduardo Salvo.
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