Con el objetivo de devolverles la esperanza y darles fuerza para sanar, la fundación Make a Wish se dedica a cumplir el deseo especial de niños de entre 3 y 18 años que padecen enfermedades críticas.
En Chile -como en todos los países asociados- la misión es posible gracias a donaciones, socios y programas otorgados a nivel nacional. Hasta ahora ha concedido más de 3 mil sueños a niños de todo el país, incluyendo a menores inmigrantes que están aquí por sus tratamientos.
Uno de los sueños cumplidos por Make a Wish fue el de Ana Weissbrott, quien a sus 12 años conoció a Justin Bieber. Hoy ella tiene 24 años, cursa sexto año de medicina en la universidad San Sebastián, de Puerto Montt, y es voluntaria de Make a Wish.
Al recordar ese momento Ana asegura que fue una experiencia increíble y lo sigue considerando como uno de los mejores días de su vida.
La joven padecía en ese entonces un osteosarcoma de húmero. Es decir, un cáncer al hueso, que en su caso afectaba al húmero. Para tratarse, se tuvo que trasladar desde Temuco a Santiago y fue ahí donde la fundación la contactó para saber si podía ayudarla y si tenía algún deseo por cumplir.
Ana describe que cumplir su sueño la ayudó de varias formas, pero prefiere explicarlo a través de las palabras de su médico tratante de esos años.
“El 40% (del trabajo para sanar) lo hace el equipo médico y los medicamentos, pero el otro 60% lo hace el paciente y en un niño eso se da, por ejemplo, con un momento de felicidad. Y a veces con el simple hecho de cumplirle un deseo a un niño, lo que sea que pida, le da esa energía para luchar contra la enfermedad o lo que sea que esté atravesando”.
Ante la consulta de por qué estudia medicina y en paralelo es voluntaria de la fundación, la joven explica que es porque le gusta mucho ayudar a otras personas, así como a ella también la ayudaron en esos días complejos. “Y son dos formas de hacerlo, desde el área científica y desde el corazón” explica.
Desde el 27 de julio Make a Wish está realizando su primera colecta digital que se extiende hasta el 9 de agosto. Para motivar a la gente a colaborar, Ana argumenta por qué vale la pena hacerlo: “Porque es ayuda en su nivel más puro. Se basan en hacer feliz a un niño, por un momento y ese momento puede resultar vital para ese pequeño”, concluye.
Para realizar aportes solo basta con hacer clic AQUÍ definiendo el monto y método de pago que más te acomode.
El objetivo de la fundación es motivar a las personas a aportar para lograr -con el apoyo de todos- una gran cadena de deseos que permita seguir haciendo realidad los sueños de niños, niñas y adolescentes que necesitan fuerza para sanar.
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