Los puentes Pedro de Valdivia y Calle Calle se transformaron en símbolos de la ciudad en el pasado siglo XX con la misma fuerza que los torreones lo hicieron desde el siglo XVII. El terremoto de 1960 también atacó con su furia a ambos puentes, pero no cayeron, salvo sus accesos.
Las dos estructuras fueron erigidas por el ingeniero Federico Wiesse, quien también levantó uno de los puentes en el río Bio Bio de Concepción. El Calle Calle es el más antiguo, pues fue levantado en 1946 para unir a la ciudad con el barrio de Las Ánimas y el acceso norte, mientras que el Pedro de Valdivia, que une a Valdivia con la isla Teja, fue construido en 1954. El Calle Calle fue posteriormente remodelado y ampliado a cuatro pistas en 1996.
Enrique San Juan, periodista valdiviano fallecido en 2012 y que cubrió como tantos otros la catástrofe de 1960, señaló que los cuatro accesos a los puentes se cayeron, pero las obras mismas no sufrieron daño alguno. El profesional de las comunicaciones, que en esa época era corresponsal de la United Press destacó la buena construcción de ambos viaductos y recordó que “en el suelo donde estaba basado los mechones (pilares) se anclaron a gran profundidad donde hay terreno sólido”.
COLOSOS
El arquitecto Víctor Westermeyer, quien trabajó 36 años como asesor urbanístico de la Municipalidad de Valdivia, también destacó las construcciones de ambos puentes. Expresó que las fundiciones y machones fueron muy bien hechos y añadió que “el arco simétrico pudo resistir muy bien los movimientos, en cambio los terraplanes se sacudieron en los rellenos, por eso se bajaron los terraplenes de acceso a los puentes”.
Westermeyer indicó que lo primero que se intentó reconstruir fueron los accesos, ya que era imperioso tener el tránsito expedito. En los primeros días después del terremoto fueron instalados unos precarios tablones de madera por los que pasaban los vehículos. Los conductores tenían que hacer la maniobra con sumo cuidado para evitar accidentes.
El arquitecto manifestó que ambos puentes mínimos daños y señaló que “ambos tienen tres tramos centrales. Se apoyan en un pilar central que quedó intacto, pero en el caso del Pedro de Valdivia sufrió el machón que separa la avenida Arturo Prat con el terraplén actual”.
Tras el terremoto la noticia que más inquietó a todas las poblaciones que estaban junto a los lagos Riñihue y los ríos San Pedro y Calle Calle fue la crecida de las aguas, producto de tres tacos que se formaron en la cuenca hidrográfica, luego que se derrumbaran cerros completos. Esto hizo que las aguas del lago Riñihue subieran, haciendo inminente la eventualidad de un gran aluvión que arrasará con todo en una ola de barro y agua. Como no se sabía la fuerza que cobraría el lodo de los tres tacos que obstaculizaban el paso de las aguas se pusieron carga de dinamita a todos los puentes de la provincia, incluido a los dos colosos valdivianos.
Sobre este episodio, Víctor Westermeyer que se puso cargas de dinamita en los puentes de Huellelhue y el Calle Calle porque si se formaba un taco subiría el nivel de las aguas y podría pasar lo que ocurrió casi 300 años atrás con el terremoto y avalancha de 1575.
Gracias al trabajo de miles de obreros, conducidos por el ingeniero Raúl Sáez el llamado “Riñihuazo” fue menos de lo que se esperaba y no hubo necesidad de dinamitar a los puentes.
Las reparaciones definitivas de ambos viaductos se concretaron finalmente en 1962.
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