Uno de los obstáculos más complicados de sortear por el actual confinamiento a causa del Covid-19, ha sido el tener que continuar los estudios con clases a distancia. Según estudios internacionales esta situación eleva las tasas de deserción, estrés, angustia y deterioro en el rendimiento en todos los niveles educativos.
Para conocer mejor la realidad local en este ámbito, entrevistamos a Lukaz Olivares, estudiante de quinto año en la carrera de Ingeniería Civil Electrónica de la Universidad Austral de Chile, quien, al igual que muchos universitarios de esta casa de estudios, ha debido continuar con su proceso formativo a través de Internet.
Lukas, quien se encuentra actualmente en la comuna de Río Bueno junto a su familia, nos narra su experiencia sobre estas dificultades y cómo ha hecho, junto a sus profesores, para sobreponerse esta desafortunada coyuntura.
“A nivel universidad el obstáculo más difícil ha sido la infraestructura de telecomunicaciones en el país. Hoy en día, si bien por ley es exigencia que las compañías telefónicas entreguen un servicio fijo estable, no es lo mismo con la internet móvil, por lo que hay alumnos a los cuales no importa si se les envía un chip, ya que la cobertura es prácticamente nula e inestable variando a una velocidad por 10 minutos de 1mbps a una hora a 20kbps, velocidad con la cual ni siquiera es suficiente para cargar un sitio web básico. Además, en muchos lugares rurales no hay señal móvil ni tampoco llega cobertura de internet fija. Este problema sigue sin solución hasta el día de hoy”, señala el estudiante.
Por otra parte, comenta que, al estar cursando quinto año de carrera, los ramos prácticos conllevan mayores dificultades para ser enseñados a distancia. Este es un problema que enfrenta gran parte del estudiantado dado que no todas las materias son teóricas, especialmente en carreras de ciencias aplicadas.
“A pesar de las dificultades que representa el diseñar e implementar circuitos fuera de la Universidad, los profesores del Instituto de Electricidad y Electrónica han logrado suplir esto con éxito, enviándonos a nuestros hogares los elementos necesarios para desarrollar los circuitos. Gracias a este tipo de medidas, creo que el aprendizaje a distancia ha sido positivo, puesto que los contenidos sí se han enseñado de forma satisfactoria”.
De este modo, tras ya haberse casi completado un semestre entero a distancia, queda la interrogante de si acaso esta modalidad responde sólo a este contexto particular de pandemia, o si llegó para quedarse.
Lukas nos comenta al respecto que “por lo menos para los ramos que tienen una base teórica fuerte, y con una componente practica mínima, he llegado a la conclusión de que es incluso mejor darlo desde la comodidad del hogar. Para los ramos prácticos, en cambio, creo que se necesita pulir un poco el método de enseñanza. Así que esto puede ser el inicio de una enseñanza universitaria mucho más cómoda y menos estresante para los alumnos”.
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