La ciudad de Valdivia sabe de catástrofes: ha soportado terremoto en 1575, 1737, 1835, 1837 y 1960, una tromba marina en 1881 e innumerables incendios, pero ninguno tan desastroso como el ocurrido el 13 de diciembre de 1909, en pleno apogeo industrial de la ciudad.
El incendio fue tan terrible que se desató a las 00.30 horas de la noche del día 13, destruyó gran parte del centro de Valdivia y para colmo el viento empujó las llamas hacia los edificios de la costanera, quemándolos casi en su totalidad.
Según el libro “Nueva historia de Valdivia” del padre Gabriel Guarda, el siniestro habría comenzado en calle Picarte 343 y recrudeció por el viento, arrastrando las llamas hacia la Plaza de la República. Añade que a las 7 AM ardían 18 manzanas del centro de la ciudad. En aquellos años el principal material de construcción era la madera, por lo que la mayoría de los edificios -muchos de ellos construidos al estilo alemán, influencia de los colonos que habían llegado casi 60 años atrás- se quemaron por completo.
A las 12 horas ardían edificios de 3 o 4 pisos de la costanera ante la mirada atónita de los valdivianos y, en especial, de los bomberos valdivianos, el segundo cuerpo de bomberos más antiguo de Chile, que perdió todos sus pertrechos.
El padre Guarda destacó en su obra que se quemó la Iglesia Matriz (Catedral), la Intendendia, el Obispado, hoteles, bancos, colegios y residencias coloniales, por lo que se perdió para siempre el diseño realizado después de 1797. Si se salvaron de milagro el Banco Alemán Trasatlántico y el Banco de Chile.
Según el libro “El Gran Incendio, Valdivia 1909” de Boris Borneck y José Manuel Izquierdo, el incendio comenzó en una casa que era una pastelería y simultáneamente era una fábrica de ataúdes. Fue en la pastelería donde se habría iniciado el fuego y después se propagó, aunque la familia que vivía ahí siempre lo negó. Se cree que ese foco fue la casa de Max Montecinos que era arrendada por Teófilo Setter, pero hay versiones de que el fuego se inició en la casa de la familia Álvarez, dueños de la tienda contigua a la casa de Montecinos.
El combate contra el fuego duró casi 15 horas y se contó con el apoyo de bomberos de Osorno, La Unión, Gorbea, Loncoche y Temuco y aún así se vieron sobrepasados.
Hay muchas imágenes de este desastre entre las que destacan las captadas por el fotógrafo Rodolfo Knittel.
COMO AVE FÉNIX
La destrucción el triste saldo de más de 100 viviendas destruidas y 98 casas comerciales devastadas a lo largo de 18 manzanas del sector céntrico. Afortunadamente no hubo pérdidas humanas, pero las pérdidas materiales se calcularon en 18 millones de pesos de la época.
Ante tanta desolación no quedó más remedio que volver a levantarse y para eso se aplanó el territorio y se trazó un nuevo plano urbanístico. Una prueba de ello es que la calle Yungay debió ser bajada casi 2 metros, tal como lo atestigua la Casa Pluma de Yungay 768 en su frontis.
El Presidente de la República Pedro Montt y su ministro Ismael Tocornal fueron a Valdivia dos días después del siniestro a imponerse del gran desastre. Las compañías de seguros debieron desembolsar dinero para levantar otra vez la ciudad.
El terreno de la plaza tuvo que ser rebajado en un metro para volver a levantar los edificios alrededor. En enero de 1910 se levanta un nuevo plano por Lorenzo Claro Lastarria, ingeniero civil de las compañías de seguros, y éste desde su punto de vista aseguraba que habían sido 20 y no 18 las manzanas destruidas por el incendio.
Cuentan que era frecuente ver a los niños jugando en el hoyo que se instaló en la plaza para después levantar la clásica glorieta de estilo Art Nouveau y que se presume quedó lista en 1912 y que aún sigue en el paseo valdiviano.
Entre 1910 y 1915 se reconstruyó la ciudad, se corrigió el trazado y el nivel, y pavimentó sus calles principales, estableció una red de alcantarillado y agua potable, y llevó a la construcción de edificios y un nuevo malecón fluvial.
En esa época se levantaron edificios de concreto al estilo Art Nouveau que estuvieron de moda en el Viejo Continente entre 1890 y 1910, después se añadieron edificios estilo Art Decó entre los años 1920 y 1930. Algunos de esos edificios aún existen, tal como el edificio del paseo Libertad donde están Calzados Savy, el Café Moro y la Librería La Estrella, también se puede nombrar a la Casa Schüller (Centro de Estudios Científicos) y la Casa Commentz-Hoffmann (Centro Cultural El Austral) que son de estilo Art Nouveau y la Casa Prochelle que es Art Decó.
Valdivia siguió siendo una ciudad industrial por excelencia, gracias a sus grandes industrias, donde destacaban la Fábrica de Cervezas Anwandter o la Naviera Haverbeck y Skalweit. Todo ese esplendor decayó en parte por los efectos de la Segunda Guerra Mundial y posteriormente por el terremoto del 22 de mayo de 1960.
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