¿Te imaginas crear un trozo de carne según tus gustos y de acuerdo a tus necesidades dietéticas específicas? ¿Y que ese pedazo de pollo, cerdo o vacuno lo confecciones en la comodidad de tu hogar, disminuyendo –de paso- tu huella de carbono? De acuerdo con el informe Intelligent World 2030, elaborado por la multinacional tecnológica Huawei, esto será posible a comienzos de la próxima década.
Los avances actuales han demostrado que es posible convertir tanto las proteínas vegetales como las células animales en carne artificial, mediante el uso de impresoras 3D, con las que se puede simular la textura y apariencia de la carne animal. Este tipo de equipos utiliza fito proteínas (de origen vegetal) para construir esqueletos fibrosos que imiten fielmente la carne real. Por otra parte, este método de creación de un producto tipo cárneo puede utilizarse para agregar elementos nutritivos extraídos de células animales reales para crear la musculatura y las capas de grasa que normalmente se ven en el tejido animal.
Hoy la impresión 3D se usa para crear muchos tipos de carne artificial y su precio cada vez se acerca más a los valores del pollo, cerdo y vacuno. Sin embargo, aún falta perfeccionar el resultado final en cuanto a sabor y aspecto, además de masificar la producción y consumo para que el costo sea rentable para productor y beneficioso para el consumidor.
Agricultura de precisión
Otro de los puntos claves presentados en el informe de Huawei, tiene relación a la mejora de la agricultura y los cultivos. La compañía proyecta que hacía 2030 se producirán mapas multivariables de datos agrícolas, que harán posible la llamada “agricultura de precisión”: mediante la recopilación de datos en un sistema de almacenamiento como una nube y aplicando otras soluciones tecnológicas, se podrán predecir y controlar los factores que afectan al crecimiento de los cultivos, tales como la temperatura y la humedad. De hecho, se habla de construir granjas verticales que no se vean afectadas por las incertidumbres del clima y donde se puede verificar el uso de agua, fertilizantes y aumentar la productividad del suelo cultivado.
Con herramientas tecnológicas como sensores y dispositivos móviles de distinta envergadura -incluyendo teléfonos celulares de uso habitual-, los agricultores podrán controlar a distancia y con precisión la humedad del suelo, la temperatura ambiente y las condiciones de los cultivos en tiempo real. Esto permite ajustar de forma flexible las medidas agronómicas, como la siembra, el riego, los fertilizantes y el ajuste de las semillas, basándose en diversos conjuntos de datos, para alinear mejor los cultivos con el suelo disponible.
Los gráficos de datos visualizados también pueden implementarse para supervisar y gestionar la producción agrícola en tiempo real, ayudando a los agricultores a dar respuestas proactivas, rápidas y precisas a los cambios en su entorno. Por ejemplo, en caso de climas extremos, los profesionales pueden utilizar estos datos para localizar rápidamente las zonas afectadas, desarrollar soluciones y mitigar el impacto negativo en sus cosechas.
Recientes programas pilotos de granjas verticales han descubierto que si se cosecha cada 16 días una superficie de 7.000 metros cuadrados, se puede producir la cifra de 900.000 kilogramos de verduras al año.
El informe Intelligent World 2030 de Huawei propone ocho directrices transversales entre disciplinas y dominios para la exploración a nivel macro, entre las que están energía, informática, comunicaciones y salud, entre otros. Puedes encontrar el informe completo en https://www.huawei.com/en/giv
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